Historia

ANTIGUO MOLINO DE AGUA

En Puebla de Don Fadrique al igual que como acontece en otras comarcas del Altiplano Granadino, son numerosas las pruebas y los vestigios de un patrimonio caracterizado por su valor histórico y cultural.

Molino Machero es un ejemplo más del milagro de los poderes del agua, y muchas son las civilizaciones que se han servido de él. Los primeros datos de los molinos hidráulicos se deben a Vitrubio en el S.I, que describe el uso del molino de rueda que existía en Persia y en la ribera del Mediterráneo Oriental. En el siglo X, se generalizan ante el aumento de la población urbana y estamos casi seguros que por aquel entonces nuestro molino ya daría el uso de la Diosa Mola y a sus hermanos, aunque el arte de la molienda se le atribuía a Ceres.

Pero volvamos a nuestro molino, encontramos que los primeros datos escritos en el concejo de Puebla, los vemos en la Respuestas Generales del Catastro del Marqués de la Ensenada en 1752, aunque casi seguro hallaríamos vestigios anteriormente, por su situación tan estratégica. Pues bien, en la respuesta número 17 dice que: “Inmediación de esta puebla se hallan seis molinos de pan de moler,….., cuatro son del consejo, y de los otros uno es propiedad al Mayorazgo que posee Don Antonio de Fontes y Carrillo, vecino de la Ciudad de Murcia como marido y conjunta persona de Doña Lucía Riquelme y Serrano y la utilidad que por ambas le regulan son 70 fanegas de trigo”.

Poco después investigando en los Archivos locales de Puebla y Huéscar, podemos leer:

Molino harinero de cubo y de una piedra con casa unida en el sitio de la Garganta de la Puebla, en cuya jurisdicción se encuentra; denominado EL DEL MEDIO, con seis celemines de tierra de riego, que linda levante La Rambla de Casa de Lóbrega, a mediodía y poniente Salvador Lozano y norte José Lozano. Y sus propietario es el Señor Don Mariano Fontes Queipo de Llano, Marques de Ordoño, Senador del Reino y vecino de la ciudad de Murcia.”

Con el paso del tiempo los Fontes vende el molino a un vecino de Puebla, y el 11-2-1926 lo adquiere Don Saturnino Antonio Marín Sánchez, EL MACHERO, apodo que le viene de su padre Hilario, que en su juventud se dedicó al oficio de carbonero, heredado de sus antepasados.

Invitamos al caminante a que descubra esta y miles de historias entre aromas de romero y tomillo y que despiertan la fantasía adormecida por el efecto sedante que produce esta naturaleza serrana, y el sonido del agua que se desliza por piedras y vegetación.

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